Es importantísimo que nos cuidemos la piel de nuestro rostro, ya que las imperfecciones salen con más facilidad cuando no hacemos caso de la piel.
Hay dos pasos básicos: HIDRATACIÓN Y LIMPIEZA. Una piel hidratada y limpia será menos propensa a acné, arrugas, manchas... Tenemos que hacer un tratamiento específico para nuestro tipo de piel para que luzca lo más bonita y saludable posible, además (aunque parezca una tontería) nos ayudará a sentirnos mejor.